La relación entre una mujer de Sagitario y un hombre de Capricornio se alimenta de las diferencias de carácter que existe entre ambos. De hecho hay muchas más diferencias entre ambos; pero es en esos elementos que ven en el otro, que no existe en sí mismos, donde se hallan los atractivos. Ambos están regidos por los dos planetas más grandes del sistema solar, que, además de serlo, poseen características contrapuestas.
Capricornio y Saturno: paciencia y mas paciencia
El planeta Saturno rige al hombre de Capricornio, todo aquello que cae dentro de su influencia actúa con la paciencia de quien trabaja minuto a minuto, sin precipitaciones ni alteraciones, por un objetivo a muy largo plazo. La constancia es el principio que direcciona sus quehaceres y el trabajo es el medio por el que se adquiere lo que se desea. Hay ocasiones en que, cuando todo marcha contrario a los planes trazados inicialmente, cuando el proyecto amenaza con derrumbarse; el único modo de mantener todo en pie es siendo obstinados, una cualidad que goza de cierta mala fama.
La mujer de Sagitario está regida por el planeta Júpiter, que bajo su influencia se embebe en la ambición de consolidarse en cuantas esferas de la vida haya por abarcar. Es un planeta social, al igual que Saturno, ambos representan la dualidad, el sempiterno testimonio de que los opuestos van siempre de la mano. Júpiter, al contrario que Saturno, empapa de optimismo todo aquello que toca; invita a vivir la vida con alegría con entusiasmo, con esperanzas. Es decir, lo contrario al sombrío Saturno que pone límites a las posibilidades de acción.
Polos opuestos, atracción fatal
Ya que negro y blanco hacen buena pareja, la mujer de Sagitario se articula orgánicamente a los contornos del hombre de Capricornio y viceversa. Las cosas marchan bien, por lo menos al principio y quizá un poco más allá del mediano plazo. Mientras él aplaude las virtudes expansivas de ella, que es una mujer independiente, fascinante, social, alegre y volcada a vivir aventuras. Ella queda fascinada con él, con su inteligencia, con su estructuración, con sus habilidades de llevar a buen puerto cualquier proyecto cuyo mando asuma.
Cuando con el transcurrir del tiempo la magia vaya perdiendo brillo, cuando de tanto alumbrar la luz consuma su combustible; inmersos ya en la crudeza de sus diferencias aparentemente insalvables; tanto la mujer de Sagitario como el hombre de Capricornio se enfrentan al gran desafío que habrá de definir su vida en pareja. Con el tiempo él ha visto cómo ella pone en peligro la estabilidad de sus lazos, por su tendencia a buscar fuera, en otras personas, una parte del calor y la alegría que necesita en su vida. Por su parte, ella se encuentra insatisfecha por el modo como él recorta sus alas, negándole el aire fresco de la libertad.
El largo plazo es la prueba de fuego de cualquier relación. Es el momento en que deben firmar una nueva alianza, hablar de su vida en conjunto, de sus nuevos objetivos, de las nuevas maneras de aprovechar la vida en pareja. Si superan esta prueba, sus lazos los unirán con más vehemencia y continuarán su camino valorándose mutuamente.
